Así como los santos de la iglesia primitiva consideraban un gran gozo predicar en medio de la persecución, si comprendemos el amor y sacrificio de Cristo que expió los pecados de la humanidad, estaremos agradecidos incluso por los sufrimientos que enfrentemos en nuestra vida de la fe.
Cristo Ahnsahnhong y la Madre celestial han venido de nuevo para rescatar de la muerte a los pecadores. Los santos de la Iglesia de Dios predican el evangelio con todo su corazón y todas sus fuerzas para que toda la humanidad comprenda la gracia de Dios y se arrepienta completamente.
“... sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.” 1 Pedro 4:13
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