Aunque el cuerpo es uno, está compuesto de muchas partes. Así como el papel de cada parte del cuerpo es importante, cada miembro debe desempeñar fielmente el papel dado por Dios en su situación respectiva con orgullo como los protagonistas del evangelio del reino, que Dios nos permitió tener.
Al igual que el actor que recibió rondas de aplausos por hacer todo lo posible en el pequeño acto de desplegar el mantel, podemos recibir mucha gloria como herederos de Dios cuando hacemos nuestro mejor esfuerzo con 100 % de fe, reconociendo el valor del evangelio y la palabra de Dios: "Predicad el evangelio a toda criatura".
Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. […] Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
1 Corintios 12:12-27
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